Los Observadores

Somos ciudadanos cabeños que dejamos afuera del OCI nuestras filiaciones partidistas, nuestras creencias religiosas, nuestros negocios y los intereses relativos a otro tipo de grupos. Los funcionarios y empleados municipales no pueden ser consejeros del OCI para evitar cualquier conflicto de interés. Somos mujeres y hombres que hemos recibido la capacitación para aplicar una metodología para evaluar e impulsar la gestión del gobierno municipal. Mantenemos nuestra autonomía pagando los gastos necesarios para realizar esta labor. Trabajamos voluntariamente analizando con detalle los principales problemas que enfrentamos todos y el reto es enorme. Necesitamos de tu apoyo, necesitamos ser más. Súmate y apoya este esfuerzo ciudadano.

martes, 1 de marzo de 2016

¿Qué es el Observatorio Ciudadano Integral de Los Cabos?

Ha sido complicado definir “qué somos” y coincidir. Este organismo social ha ido tomando forma sobre la marcha, siguiendo una idea de organización, interactuando con personas que no conocíamos y otras que conocíamos en otros escenarios, coincidiendo con unos, chocando con otros, tratando de concertar la mayoría del tiempo. El avance fue al principio muy lento, de estudio, analítico, contemplativo… y de pronto se ha acelerado nuestra interacción adaptándonos a las circunstancias, tratando de mantener el curso, integrando los equipos, complementándonos, supliendo las bajas, sumando a los nuevos a la dinámica de trabajo, compartiendo los significados de lo que es la calidad para entender este esfuerzo. Para muchos el concepto de la ISO aplicado al gobierno ha sido complejo de entender, aunque para otros es una terminología familiar y cotidiana. A mi juicio personal, la mejor definición la ha emitido uno de nuestros más recientes y entusiastas consejeros.

“El Observatorio Ciudadano Integral de los Cabos es un grupo multidisciplinario de ciudadanos capacitados para aplicar la ISO 18091:2014 y encontrar áreas de oportunidad en el ámbito de las principales políticas públicas del municipio, aportando soluciones integrales.

Esto, para que la administración pública deje de ser una "administración privada de bienes públicos" como hasta ahora ha sido. La ciudadanía organizada debe de participar en la generación y evaluación de las políticas públicas, de manera ordenada, sistemática y mediante un método: la ISO 18091:2014”                                                                                                                                                                   Justo Couto, consejero OCI Los Cabos.

Muchos ciudadanos cabeños, hartos de la experiencia sufrida los últimos 15 años, en que la familia Montaño (Cota y Agúndez) y sus vasallos tomaron posesión del municipio y el estado, coincidimos en que esto no debe de volver a pasar. Aparte del dispendio de los recursos públicos y el cinismo con que se malversaba el erario público para su beneficio particular, el desorden resultante en la administración pública es vergonzante. La corrupción y la impunidad han sido el común denominador de la función pública y tras un lapso de tiempo tan prolongado, se han convertido en parte de la cultura de la comunidad, lo cual es deprimente, ya que las nuevas generaciones entienden como éxito el ingresar a la "POLÍTICA" para obtener beneficios ilícitos mientras burlen o logren coludir a los órganos de justicia. De manera cínica, el desastre que dejan a su paso los tiene sin cuidado. Ya se trate de la iluminación de calles y la seguridad pública; la distribución del agua potable, el drenaje y el tratamiento de las aguas negras; el Registro Público de la Propiedad y la delimitación de los espacios públicos; el mantenimiento de las vialidades y el control del tránsito vehicular; o la recolección de la basura y su procesamiento, en su gran mayoría el municipio es un desorden donde impera el abandono, el descuido, la improvisación, la falta de metodología y por desgracia la desaparición de los registros. presenciamos una ausencia de responsabilidad cívica y social, dolorosa, injusta e impune todavía. 


Esto motivó a que una persona como cualquiera otra que masticaba esa inquietud se enterara que existía la posibilidad de la participación ciudadana REAL y de manera muy seria, siguiendo una Metodología de Control de Calidad. Esa persona lo platicó con otros 2 cabeños, también emprendedores y con mucho entusiasmo los 3 impulsaron y compartieron esa iniciativa con otros, encontrando eco en amigos, compañeros y familiares.

Hago énfasis en la palabra REAL con respecto a la participación ciudadana, en el sentido de que NO se trata de una simulación, que desgraciadamente hay muchas. Tan serio es este grupo de observadores, que para mantener el orden y la organización se requiere de un curso de capacitación que permita entender cómo funciona y qué debe de hacer cada consejero como parte de esta organización a la que llamamos Observatorio Ciudadano Integral. Cabe mencionar que el Asesor que descubrieron para llevar esto a cabo, es el experto internacional en calidad para la organización de gobiernos municipales. Este Asesor dirige una organización internacional que da consultorías sobre la gestión de los gobiernos locales con participación ciudadana, válida en todo el mundo. Se trata del Dr. Carlos Gadsden Carrasco, quien tras 20 años de experiencia dentro del gobierno y luego de múltiples estudios especializados sobre Administración Pública y Participación Ciudadana, desarrolló la ISO18091:2014, una herramienta de control de calidad para impulsar el desempeño del gobierno municipal desde la ciudadanía y es el creador de la Fundación Internacional para el Desarrollo de Gobiernos Confiables (FIDEGOC). No se está inventando el hilo negro ni se trata de una improvisación, por eso su trabajo ha sido avalado por la ISO que es la Organización Internacional para la Estandarización.


Con el entusiasmo contagiado por los iniciadores de este movimiento ciudadano y orientados por los conocimientos del Dr. Carlos Gadsden comenzó la labor de reclutamiento de otras personas que compartieran esta inquietud. Naturalmente, aquí se comenzaban a complicar las cosas ya que aparte de invitar a la gente a tomar un curso de capacitación de casi 20 horas, los primeros cursos tuvieron un costo muy elevado por el reducido número de asistentes. Decían “no entiendo”. “¿Quieres que pague un curso y que sacrifique 2 días laborales o todo un fin de semana, para luego formar parte de un equipo de trabajo que se reúne por 3 horas o más a la semana para analizar cómo funciona el gobierno municipal?” Sí, así de simple, la mayoría de la gente expresa que quiere un cambio, dice que está harta de lo que está pasando, incluso parece interesada en los argumentos iniciales, pero nos veía con incredulidad y nos decía, “oye, qué interesante” y luego, nos daban el avión. Otros incluso llegaron a pagar y a asistir al curso, pero jamás volvieron para la organización de los equipos de trabajo, lo cual es comprensible ya que es una responsabilidad importante que requiere dedicación y empeño. No cualquiera puede y/o quiere. Para muchas personas no resulta sencillo comprender que con semejante esfuerzo personal y trabajo de equipo, ganamos todos. Se trata de un fenómeno cultural. Nos han enseñado a ser egoístas, desconfiados, a trabajar y esforzarnos por “lo nuestro”, y lo demás pasa a segundo término y va dejando de ser urgente, va perdiendo importancia y se va quedando en el olvido. Es natural pensar que “esas cosas de la administración de los servicios públicos le tocan al gobierno”. Todos sabemos que “a los empleados y funcionarios, a los políticos, les pagan un sueldo por hacer su trabajo” y debido a nuestra ausencia muchas veces se quedan con el cambio. Cuando la corrupción y la impunidad nos golpean en “lo nuestro”, el enojo nos empuja y decidimos a hacer algo, vamos y reclamamos, nos quejamos y todo sigue igual. Si el descontento es grande y generalizado se logra juntar a un grupo, organizamos una marcha y protestamos. Se llega a sentir una gran satisfacción por la movilización lograda, por las fotos en los periódicos, cuando aparecen, pero la verdad es que aunque han logrado hacer que las voces se escuchen, no pasa nada, no hay acción, no se siente el cambio. Falta continuidad, falta metodología, falta organización, siempre falta algo, ese algo necesario para lograr el salto cuántico que sabemos que es posible ya que lo hemos visto en otros países, en otras culturas, en otros continentes. Y cuando no pasa... nos indignamos, nos deprimimos, pensamos, escribimos, gritamos, ¡Me dueles México! Y todo sigue igual. De hecho llegamos a pensar que es un mal de los mexicanos hasta que en alguna lectura o documental descubrimos que también pasa en otros países. Pensar en el BIEN COMÚN y actuar en consecuencia requiere de gran generosidad, pero también requiere de una metodología y del trabajo en equipo, organizado y sincronizado.


Eso es el Observatorio Ciudadano Integral de Los Cabos. Un grupo de personas dedicadas y generosas que están trabajando en equipos dentro de una estructura que observa, analiza y documenta lo que está haciendo el gobierno municipal desde el modelo de la ISO18091:2014, para impulsar el desempeño de su gestión mediante el compromiso y la presión social. 

No se trata de criticar a un partido político e impulsar a otro. No se trata de personas, de religiones, de parentescos o filiaciones de cualesquier tipo, ya que la experiencia nos ha demostrado que esa no es la solución. Tampoco se trata de organizar un trampolín político para impulsar a los consejeros del Observatorio para conseguir trabajo de funcionarios municipales, estatales o federales. Se trata de crear una plataforma ciudadana sólida que logre integrar al tejido social esta cultura de procurar y propiciar el BIEN COMÚN. Se trata de ir midiendo el avance de la gestión de lo público articulado en un Proceso de Mejora Continua para, en un principio, orientar el camino perdido que se califica de color ROJO, para remontar los pasos en el sentido correcto AMARILLO, hasta llegar a lo mínimo aceptable VERDE. Esa es la primera etapa del trayecto que podría compararse a avanzar desde el lugar en que se encuentra esa actividad de gobierno al iniciar nuestra intervención hasta el 6 en una escala de 0 a 10, como en la escuela. El VERDE no es el final del camino, apenas es el 6, es decir, pasar de panzaso a lo mínimo aceptable. 

De ahí al 10 hay todavía un largo trecho de avance alimentado de entusiasmo, de generosidad, de creatividad y de mucho estudio, de medición y análisis, para construir una estructura social fuerte y organizada, armada del interés genuino por la salud, la seguridad y protección del ser humano, en el cuidado del medio ambiente, en la equidad de género, en la educación, en la higiene y en todas esas cosas tangibles y abstractas que puede proveer una sociedad organizada para promover el bienestar de todos. El BIEN COMÚN que deben de gestionar nuestros representantes populares.

Esto apenas comienza. Necesitamos tu apoyo y colaboración para que trabajar por el BIEN COMÚN no sea un sacrificio, sino una labor cotidiana de las personas que estamos convencidas de que PODEMOS, entre todos, construir un municipio de Los Cabos con un mejor nivel de calidad de vida para todos. 

Súmate a este esfuerzo ciudadano. Acércate y colabora.  
 

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